Abrazar la incertidumbre
- Sentidos & Significados
- 2 ago 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 14 sept 2020

Como seres humanos desarrollamos en el transcurso de nuestra vida una especie de mapa comprensivo para entender e interpretar la realidad o el mundo en que vivimos, este mapa está nutrido por las experiencias y las dinámicas relacionales que establecemos desde el momento en que llegamos a este mundo, desde el primer contacto físico con nuestra madre, o cuando damos nuestro primer beso, y cada experiencia se traduce en los ingredientes necesarios para construir aquella receta especial que usamos para hacer ese postre tan único y particular que es nuestra identidad.
Para nosotros, todo adquiere un significado, como el color de una flor y como esta se asocia a alguna circunstancia vivida, o la melodía de una canción, o un suave y tenue aroma que percibimos al caminar en medio de la multitud, esto nos trae recuerdos, memorias de eventos significativos, que connotan de alguna manera nuestra experiencia y nutren el sentido y valor que le damos a nuestras vivencias.
Toda experiencia enriquece nuestra manera de ver el mundo, de percibirlo, de entenderlo y de responder a sus desafíos, tanto las experiencias felices como las experiencias dolorosas.
Desde que somos muy pequeños, nuestro mapa comprensivo que vamos desarrollando con el tiempo, nos permite conocer nuestras preferencias, que nos impulsa, que nos causa temor, saber en la mayoría de las veces que camino nos gustaría seguir y cual no; anhelamos, deseamos, y comenzamos a imaginarnos aquel lugar donde nos gustaría estar; en nuestros pensamientos creamos diferentes mundos posibles, inclusive evitamos y cerramos los ojos y huimos a los escenarios que sentimos como agobiantes o desconocidos.
Nos impulsamos a proponernos metas, a soñar, todo dependiendo del nivel de madurez emocional e intelectual que hemos desarrollado hasta el momento, aunque no estemos muy seguros de lo que queremos en ocasiones, y tengamos dudas, siempre tenemos la posibilidad de construir ideas sobre qué es lo que nos gustaría hacer o no, aunque en la práctica el hacerlo implique asumir ciertos desafíos; como seres humanos tenemos la libertad de elegir, y de asumir las consecuencias de cada elección, y eso es invaluable.
Viktor Frankl los decía al afirmar que “al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa, la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino, para decidir su propio camino.”
La libertad; en estos tiempos el significado de la libertad ha recobrado su verdadero sentido, la historia nos enseña que el hombre y la mujer han luchado por la libertad desde tiempos inmemorables, por poder ser ellos mismos, por poder vivir y ser más allá de los límites dibujados por la sociedad del momento. Ahora la libertad ha recobrado su valor principal, el cual es el don de la elección, de elegir sumergimos en la desesperación y en la angustia por la incertidumbre y por la falta de control ante situaciones ajenas a nuestro manejo, o desafiarnos a fluir con el cambio y adaptarnos a las circunstancias.
Encontrar el sentido a lo que estamos viviendo ahora, y permitirnos reconocer de lo que somos capaces de lograr cuando estamos siendo retados por la vida es lo que nos hace humanos, nos adaptamos y continuamos, siempre ha sido así y lo seguirá siendo. La humanidad ha pasado por momentos muy oscuros, ha evolucionado, ha cambiado, y siempre ha sobrevivido.
Es como una búsqueda hacia el sentido, el sentido de vivir el ahora, el sentido del porqué y el para qué hacemos lo que hacemos, a veces nos quedamos dudando en él cómo podemos alcanzar o hacer lo que queremos hacer, y ahí en ese punto nos congelamos, y sentimos malestar, inseguridad y olvidamos de lo que somos capaces de lograr.
Nosotros no vivimos porque si, y no se trata de la idea de un destino, es más sobre como cada decisión marca un paso que construye un camino, ya sea de forma aleatoria o de forma calculada, nuestra capacidad como seres racionales nos impulsa a prever y a anticiparnos a determinadas situaciones para evitar equivocarnos, pero la realidad nos muestra, que aunque tratemos de tener todas las buenas intenciones de hacer lo mejor, y el aprendizaje que adquirimos con las experiencias nos den señales por donde deberíamos ir para no repetir errores o evitar situaciones incómodas o dolorosas, lo impredecible de la vida, nos enseña que esta no se puede controlar, que cada persona es un mundo y que la única constante que realmente existe en el universo es el cambio.
La vida, las personas no son como nosotros quisiéramos y esa es otra premisa que deberíamos abrazar para fluir y dar cuenta del valor del momento vivido, del significado que tiene el poder estar en el presente dejando ir lo que haya que dejar ir, abriendo los brazos hacia la incertidumbre.
“La identidad no es una pieza de museo, quietecita en la vitrina, sino la siempre asombrosa síntesis de las contradicciones nuestras de cada día. En esa fe, fugitiva, creo. Me resulta la única fe digna de confianza, por lo mucho que se parece al bicho humano, jodido pero sagrado, y a la loca aventura de vivir en el mundo”. Eduardo Galeano.
No se trata que debemos estar constantemente en la búsqueda del sentido, se trata de abrazar la incertidumbre y que a pesar del temor que nos genera los cambios, el estar vivos nos da la posibilidad de entender que el sentido está en cada acción que hacemos, en el ahora, acción pequeña o grande, cada acción tiene un sentido, un propósito, el cómo lo hacemos, da cuenta de que estamos enfrentando los desafíos, a veces no nos damos cuenta de ello, porque estamos preocupados en el mañana, en encontrar algo que sentimos que nos falta, y en esa búsqueda incansable nos perdemos de la magia del ahora, porque el presente es al final lo que somos.
La vida es una locura, ¿no es cierto?, por ello es apasionante. Imaginen que somos personas equilibradas con una vida apacible, no habría ni suceso, ni crisis, ni trauma que superar, únicamente rutina, nada que recordar; ni siquiera seríamos capaces de descubrir quiénes somos. Si no hay sucesos no hay historia, no hay identidad. No podríamos decir: "Mira lo que me sucedió, sé quién soy porque sé de lo que soy capaz ante la adversidad". Los seres humanos son apasionantes porque su vida es una locura.
Boris Cyrulnik. "Sálvate, la vida te espera"
Eduardo Galeano. “El libro de los abrazos”.
Viktor Emil Frankl. “El hombre en busca de sentido”.
#sentidodevida#resiliencia#aquíyahora
Comments